los últimos días de vacaciones
Hartos ya de tanto sitio feo y de tanto sufrir, decidimos abandonar la vida playera. Queríamos ir a Sydney, pero el tema del alojamiento estaba complicado. Los albergues estaban todos llenos y sólo quedaban libres hotelazos que costaban una auténtica barbaridad. Lo bueno de acabar de llegar, es que no conoces nada y puedes cambiar de planes en un periquete. ¡Todo está por descubrir!
Decidimos finalmente ir a Kangaroo Valley, estaba muy cerquita y tenía buena pinta. Conseguimos encontrar alojamiento en un Bed & Breakfast, pero sólo por una noche, a la siguiente nos tendríamos que mudar a otro.
El camino hacia Kangaroo Valley fue también precioso, y vimos, igual que nos pasó con los canguros, nuestro primer wombat pero adelantamos ya, que todavía no hemos visto ninguno de verdad. A ver si va a tener razón César y son como los gamusinos :)
El valle se veía espectacular, pero era tarde y cuando llegamos a Kangaroo Valley pueblo (el pueblo donde nos alojamos y el valle tienen el mismo nombre) estaba anocheciendo, así que no pudimos ver mucho ese día. El Bed&Breakfast resultó ser una pasada de bonito y con un dueño muy muy amable.
No hemos comentado todavía nada de la amabilidad australiana, pero es que se merece una entrada sola del blog. Le preguntamos los mejores sitios a los que nos podíamos dirigir y nos recomendó las cascadas Fitzroy Falls. Así que dicho y hecho.
Las Fitzroy Falls se encuentran en el Parque Nacional de Morton y es otro de los lugares a los que hay que ir sin dudarlo.
Cuando llegamos, entramos lo primero en el centro de visitantes, muy parecido a los centros de visitantes de los parques naturales de España donde nos dieron unos mapas de rutas. El sendero que escogimos trascurría por el borde del cañón en el que se encontraban las cascadas y aunque parecía una romería al principio, la gente se iba quedando en los primeros miradores y continuamos todo el sendero prácticamente solos disfrutando de un increíble entorno. Cada varios cientos de metros, aparecía un nuevo mirador a cual con vistas más espectaculares, y si no juzgad vosotros por las fotos...
La verdad es que el paseo fue la mar de agradable y también muy ilustrativo, ya que había muchos paneles informativos que nos explicaban la flora y fauna del lugar. Vimos por ejemplo que en esas aguas ¡hay ornitorrincos!, pero si ver a un canguro o un wombat parecía difícil, ni os cuento un bicho de esos. Lo que si vimos es que aquí los bichos hibernan en verano en vez de en invierno (es lo que tiene que todo vaya al revés).
Cuando nos cansamos de las cataratas cogimos el coche y fuimos siguiendo una ruta de miradores que nos recomendaban en el centro de visitantes, bajando de nuevo hacia el valle. Como veis el valle es totalmente idílico, todo verde y nada que ver con la Australia seca y desértica que nos imaginábamos:
En uno de esos caminos nos encontramos con un bicho super raro, que aunque parecía un lagarto, de lejos se parecía más a una serpiente-corta-con-patas (fijaros en las patillas tan ridículas que tiene en comparación al cuerpo). El caso es que todavía no hemos encontrado como se llama:
Esa noche, conseguimos una habitación en un Bed & Breakfast también en Kangaroo Valley pero que no tenía nada que ver con el de la noche anterior. Estaba todo lleno de polvo y algo sucio, pero por lo menos encontramos un sitio donde dormir.
Por la mañana pusimos rumbo a Canberra, pero antes hicimos otra parada por la parte más al norte del parque Morton. Lo que nos llamó la atención es que la zona es mucho menos turística y aunque había algún coche, no tenía nada que ver con la romería del día anterior. Aparte se notaba como los senderos estaban menos pateados y había zonas de vegetación mucho más 'salvaje'. Lo único malo es que el tiempo empezó a amenazar con lluvia y tormenta y la mayoría de la 'ruta' la hicimos en coche.
Y como todo lo bueno tiene un final, esa misma tarde llegamos a Canberra de vuelta de nuestra idílica semanita por la costa de Nueva Gales del Sur, Kangaroo Valley y algún que otro parque nacional. Lo mejor de todo es que todos estos sitios están a sólo unas dos o tres horas de Canberra.
¡Lo que nos quedará por descubrir en el resto del continente!
Aquí os dejamos nuestra ruta en Google Maps para que os hagáis una idea:
Ver mapa más grande
Y aquí una vista más general de lo poquito que hemos visto de Australia todavía....
Decidimos finalmente ir a Kangaroo Valley, estaba muy cerquita y tenía buena pinta. Conseguimos encontrar alojamiento en un Bed & Breakfast, pero sólo por una noche, a la siguiente nos tendríamos que mudar a otro.
El camino hacia Kangaroo Valley fue también precioso, y vimos, igual que nos pasó con los canguros, nuestro primer wombat pero adelantamos ya, que todavía no hemos visto ninguno de verdad. A ver si va a tener razón César y son como los gamusinos :)
Lo curioso es que a pesar de llamarse algo así como 'el valle de los canguros' y de que todo el camino estaba lleno de señales de canguros y wombats no vimos ni uno ni otro. Igual es que no es la época, pensamos.
El valle se veía espectacular, pero era tarde y cuando llegamos a Kangaroo Valley pueblo (el pueblo donde nos alojamos y el valle tienen el mismo nombre) estaba anocheciendo, así que no pudimos ver mucho ese día. El Bed&Breakfast resultó ser una pasada de bonito y con un dueño muy muy amable.
No hemos comentado todavía nada de la amabilidad australiana, pero es que se merece una entrada sola del blog. Le preguntamos los mejores sitios a los que nos podíamos dirigir y nos recomendó las cascadas Fitzroy Falls. Así que dicho y hecho.
Las Fitzroy Falls se encuentran en el Parque Nacional de Morton y es otro de los lugares a los que hay que ir sin dudarlo.
Cuando llegamos, entramos lo primero en el centro de visitantes, muy parecido a los centros de visitantes de los parques naturales de España donde nos dieron unos mapas de rutas. El sendero que escogimos trascurría por el borde del cañón en el que se encontraban las cascadas y aunque parecía una romería al principio, la gente se iba quedando en los primeros miradores y continuamos todo el sendero prácticamente solos disfrutando de un increíble entorno. Cada varios cientos de metros, aparecía un nuevo mirador a cual con vistas más espectaculares, y si no juzgad vosotros por las fotos...
La verdad es que el paseo fue la mar de agradable y también muy ilustrativo, ya que había muchos paneles informativos que nos explicaban la flora y fauna del lugar. Vimos por ejemplo que en esas aguas ¡hay ornitorrincos!, pero si ver a un canguro o un wombat parecía difícil, ni os cuento un bicho de esos. Lo que si vimos es que aquí los bichos hibernan en verano en vez de en invierno (es lo que tiene que todo vaya al revés).
Cuando nos cansamos de las cataratas cogimos el coche y fuimos siguiendo una ruta de miradores que nos recomendaban en el centro de visitantes, bajando de nuevo hacia el valle. Como veis el valle es totalmente idílico, todo verde y nada que ver con la Australia seca y desértica que nos imaginábamos:
En uno de esos caminos nos encontramos con un bicho super raro, que aunque parecía un lagarto, de lejos se parecía más a una serpiente-corta-con-patas (fijaros en las patillas tan ridículas que tiene en comparación al cuerpo). El caso es que todavía no hemos encontrado como se llama:
Esa noche, conseguimos una habitación en un Bed & Breakfast también en Kangaroo Valley pero que no tenía nada que ver con el de la noche anterior. Estaba todo lleno de polvo y algo sucio, pero por lo menos encontramos un sitio donde dormir.
Por la mañana pusimos rumbo a Canberra, pero antes hicimos otra parada por la parte más al norte del parque Morton. Lo que nos llamó la atención es que la zona es mucho menos turística y aunque había algún coche, no tenía nada que ver con la romería del día anterior. Aparte se notaba como los senderos estaban menos pateados y había zonas de vegetación mucho más 'salvaje'. Lo único malo es que el tiempo empezó a amenazar con lluvia y tormenta y la mayoría de la 'ruta' la hicimos en coche.
Y como todo lo bueno tiene un final, esa misma tarde llegamos a Canberra de vuelta de nuestra idílica semanita por la costa de Nueva Gales del Sur, Kangaroo Valley y algún que otro parque nacional. Lo mejor de todo es que todos estos sitios están a sólo unas dos o tres horas de Canberra.
¡Lo que nos quedará por descubrir en el resto del continente!
Aquí os dejamos nuestra ruta en Google Maps para que os hagáis una idea:
Ver mapa más grande
Y aquí una vista más general de lo poquito que hemos visto de Australia todavía....
esos bichos, lagartos con patas cortas o serpientes con patas, se llaman salamandras...ignorantes (si Feliz Rodriguez levantara la cabeza)NO VAYAIS A ATROPELLAR A NINGUNO, que escasean. Recordar, atropellar canguros SI, salamandras NO.
ResponderEliminarjejeje
Anda que no os queda ná por ver. De todas formas el canguro valley tiene pinta de ser un sitio para ir varias veces, tipo cazorla, por lo que teniendolo cerca siempre os podeis pegar alguna que otra escapada para ver más bichos en otra época del año
weno, adiolll
jajaja, como Cazorla pero sin bares ni tapas ni madrileños.
ResponderEliminarMadremia, os va a hacer falta algo más de dos años para ver todo, pq que habeis visto un 1%. Bueno a ver si vamos viendo algo de civilización que parece que os habeis ido a la isla de perdidos!! A ver si al final va a resultar que la isla es Australia y estan todos alli en medio de un parque natural y no saben salir!!??
Seguro que no lo veréis todo, pero no lo estáis haciendo mal hasta ahora, y eso que acabáis de llegar!!
ResponderEliminarPor cierto, cuidado con los wombat: http://es.wikipedia.org/wiki/Vombatidae
:-)
Besicos